lunes, 20 de septiembre de 2010

India

(Foto: Niña mirando fijamente en el camino hacia Khuri. Jaisalmer)

Hola!,

No me es nada fácil comenzar a escribir esta entrada sobre India. Es difícil ordenar los pensamientos sobre este país. India es muchas cosas a la vez, y para hacerlo más difícil a veces tanto una idea como su contraria pueden ser ciertas en India.

Comenzaré por deciros qué llegue a Delhi el día 3-Sept para encontrarme con Cristóbal y Ana. Ellos fueron mis compañeros de viaje durante las dos primeras semanas en el país. Porque me hace ilusión que escriba la gente con la que he compartido el viaje en el blog les pedí que escribiesen algo sobre India. Está claro que India suscita sentimientos y opiniones muy diversas:


Cristóbal: “Podría decir mucho adjetivos, pero resumiendo en uno, India es envolvente, te lleva, te engloba, te engancha en su anárquica y caótica vida rutinaria, en sus costumbres y te puede gustar o no. Si tienes la misma suerte que yo te enganchara, serás capaz de distinguir lo sucio de lo antiguo, la pobreza del que vive feliz sin portátil ni tele de plasma y no por ello se considera pobre, podrás ver el Taj Mahal, el Fuerte Amber, la Mezquita de Delhi, Udaipur, regatearas en todos los puestos, debatirás horas y horas como ayudarles y como puede ser que sea una potencia económica al alza…
En conclusión, India es un país de flechazo, si te llega, te enamora. Un viaje muy recomendable, divertido e intenso”


Ana: “India es como su comida, llevo casi tres semanas intentando digerirla, y nada tiene que ver lo que pensaba nada más llegar a casa con lo que pienso ahora. Supongo que por eso, no quería escribir en el blog, para poder dar la opinión definitiva o, al menos, la más cercana, y aún ahora no sé si seguirá cambiando. India son monos en una terraza, ancianos esperando a morir, y mujeres lavando ropa en un río. India son obras imposibles, y perros dormidos en cada esquina. Es basura y ojos vacíos. Rickshaws y pitidos, pitidos, y más pitidos, besapiés a gobernadores y un constante interrogatorio. Es querer cerrar los ojos para no ver más. Es intentar entender y no poder. Es un choque brutal.

Yo salí de India, de madrugada, como por la puerta de atrás, pensando, sabiendo, incluso, que nunca volvería, hoy, casi tres semanas después, ya no lo tengo tan claro...seguiré digiriendo...”

(Fotos: Abuela y nieta lavando en Udaipur. Familia durmiendo en la calle en Calcuta).


A mi India me gustó desde el principio. No era un país más, sino que desde antes de llegar me hacía sentir entusiasmo y agitación. Me tenía muy expectante. Una vez visitado sé que Delhi no es una ciudad en la que me gustaría vivir. El tráfico es caótico, moverte de un punto a otro lleva mucho tiempo y además está sucia. Visitamos la vieja Delhi, el Fuerte Rojo, la mezquita “Jama Masjid”, el mercado “Chandi Chowk”, y la Nueva Delhi, con Connaughts Place, India Gate… Personalmente lo que más me gustó de Delhi fue “Ghandi Smirit”, que es el lugar dónde asesinaron a Ghandi. Hay una exposición moderna y buenísima sobre su vida. Ahí aprendí que Ghandi había sido abogado, que había estudiado en Inglaterra y también luchado por los derechos de los Indios en Sudáfrica antes de su lucha por la Independencia de la India. De toda la exposición hay una frase que me gusta especialmente:

“Mi patriotismo no es exclusivo. No solamente está calculado para no dañar a ninguna otra nación sino para beneficiar a Todos. La independencia de India como la concibo yo nunca puede ser una amenaza para el mundo”.

La frase refleja el compromiso que hay entre nacionalismo y bien de una comunidad mayor. El patriotismo es bueno y es una herramienta muy poderosa para unir a un pueblo. Pero no debe ser un sentimiento ciego, no debe dañar a otros grupos, sino que debe analizarse y pensarse para traer lo mejor a todos”. (Foto: Poster del Mahatma en el Ghandi Smirit. Delhi).


De Delhi comenzamos un viaje por el Rajastán. Visitamos Udaipur, que con sus lagos es considerada la ciudad más romántica de la India; y Jaipur, la “ciudad rosa”. Udaipur nos encantó. Jaipur decepcionó un poquito siendo lo mejor el “Fuerte Amber”.













(Fotos: Ana frente a uno de los lagos de Udaipur. Cristóobal, echándole mucho valor y encantando a una cobra!. Es la misma que la de la fotoal final del blog!)..




Agra
no es una ciudad bonita y el plan estaba claro: Llegar por la mañana, visitar el “Taj Mahal” y el “Fuerte Rojo” y partir esa misma noche. Pero, cometimos un error y llegamos un viernes. El “Taj Mahal” estaba cerrado!!. Solamente podían entrar los fieles a rezar. Se me paso por la cabeza comprar unos ropajes locales y entrar como un fiel, pero ¿cómo iba a seguir la ceremonia?, y además ¿como podría hacer fotos?. Hubiese sido divertido pero decidimos no arriesgar y quedarnos un día más en Agra. Fue la decisión correcta. El día siguiente era “Eid ul-Fitr”, o lo que es lo mismo, el fin del Ramadán, y además 11-S. Vivimos el Fin del Ramadán en el Taj Mahal un 11-S. Todo se había juntado para un día!. Hasta el cumple de Ana, se había juntado para este día ;-))). El “Taj Mahal” impresiona. Es seguramente el monumento más bonito que nunca he visto. Blanco, elegante, esbelto imponente, detallista. Por ejemplo, una bóveda que desde la distancia parece, eso una bóveda, al acercarse está llena de detalles y relieves en la pared. La tumba de la princesa, y la del emperador mogol a su lado, resultan pequeñas y diminutas frente al grandioso edificio. Los turistas tuvimos entrada gratis, y, desde las 8 de la mañana, comenzaron a llegar fieles a la mezquita del Taj Mahal. Todos eran hombres o niños e iban vestidos de blanco impoluto. (Las mujeres celebran el fin del Ramadán orando desde sus casas!). Realizaban las abluciones en la fuente y pasaban a sentarse. A las 9.30 comenzó la oración que sólo duró 10 minutos!. Cristóbal y yo seguimos los pasos a un fotógrafo iraní y nos colocamos en medio de todo el mundo. No tuvimos ningún problema para hacer fotos pero la situación imponía respeto. Una vez terminada la oración a la salida del recinto estaban sentadas familias pobres pidiendo limosna. Llevaban allí desde horas antes para reservar su “espacio” para pedir limosna. También había muchos puestos de comida, especialmente dulces, y una actividad frenética en la calle. Un detalle bonito es que incluso las niñas hindús se habían puesto sus mejores saris para la celebración. (Fotos: Tres vistas del Taj-Mahal el día del Fin del Ramadán).



Pero quizás, la ciudad que más me ha gustado de toda la India haya sido Varanasi (Benarés). Es la ciudad sagrada a orillas del Ganges y dónde a todo hindú le gustaría morir. Morir en el Varanasi asegura la “moksha” que es la liberación de la persona de las leyes del karma y la reencarnación. La parte vieja de Varanasi, la que está cercana a los ghats son callejuelas pequeñas por las que no pueden pasar ni si quiera los “rickshaws”. Los ghats son los accesos al río. Hay algunos que son ghats de baño y otros de cremación. (Foto: Ghat de baño. Varanasi).

Temprano por la mañana tomé un barquito para dar un paseo por el Ganges al amanecer. Fuimos a “Manikarnika”, el principal Ghat de cremación. Allí, unos voluntarios te explican el ritual funerario hindú a cambio de una pequeña donación para “mejorar tu karma”. En los ghats de cremación todo comienza cuando los familiares, tras velar el cuerpo al menos 3 días, traen al difunto cubierto de flores mientras cantan “nam satya hai” (“el nombre de Rama es la verdad”). A continuación lo lavan en el Ganges y lo dejan reposar mientras preparan la pira funeraria. Dependiendo de la situación económica la cremación se hará con más o menos madera. Generalmente son necesarios unos 300 Kg de madera que, para evitar olores, debe ser de sándalo (para los más ricos) o de baniano. Son los dom, la casta encargada de los ritos funerarios, los que traen la leña, mantienen el fuego sagrado, y organizan el lugar. Pero es el hijo mayor, quién con la cabeza afeitada según rige la tradición, es el encargado de encender la pira. Lo hace prendiendo un poco de paja con el fuego sagrado. Este fuego, según dicen, lleva ardiendo más de 5000 años ininterrumpidamente. Mientras el fuego consume al difunto, el Dios Shiva le susurrará unas palabras al oído y le liberará su alma para siempre. Esa es la creencia. Por último, al cabo de unas dos horas, el fuego ha consumido las extremidades del difunto pero no completamente el tronco y el cráneo. El hijo mayor coge un palo de la camilla del difunto y le rompe el cráneo para que su alma pueda salir y abandonar su cuerpo.

En Manikarnika procesan a diario unos 300 cuerpos. Simultáneamente puede haber unos 12 cuerpos ardiendo, y el calor que desprenden es abrumador. Sin embargo, gracias al tipo de madera no hay ningún olor fuerte. Lo que sí que es fuerte es ver a los perros y a las cabras moverse libremente por el lugar. Las cabras se comen las flores y los perros comen restos de entre las cenizas. Esta imagen me impresionó tanto que durante varios minutos me costó escuchar de nuevo al guía. También te enseñan un hospicio al que van los que sienten que van a morir pero no tienen familia. Son también los doms los encargados de filtrar las cenizas para recuperar el oro de las joyas con las que fue enterrado la persona. Las joyas serán donadas al templo de Shiva o vendidas a los joyeros de la ciudad pero al 50% de su valor. Los santones o "shadus", las mujeres embarazadas, los niños pequeños y los leprosos no son quemados sino que son hundidos con una piedra en el Ganges. En la ceremonia solo están presentes los hombres y nadie llora porque se considera un mal augurio. Por ello no resulta dramático ni patético, aunque sí doloroso. En India la muerte es algo más cercano y natural que en el mundo Occidental. No es un proceso tan aséptico ni existe una barrera entre nosotros y la muerte. (Fotos: Manikarnika, principal Ghat de cremación en Varanasi. Dom filtrando las cenizas en busca de adornos, dientes de oro o joyas).


Seguro que lo más importante de Varanasi es el Ganges y los rituales funerarios. Pero, ¿Qué más cosas hicimos en Varanasi? Hicimos Yoga. Nos dimos un masaje ayurvédico, en el que te untan con aceites especiados, y, aunque no lo sabíamos a priori, es completamente desnudo!. También hicimos un curso de cocina India: Aprendimos a hacer Dhal, Chapati, Butter Panner Masala, Pakoras,… En Madrid queda pendiente una cena casera para para probar todo lo que aprendimos!!!.

(Fotos: Tras la primera clase de Yoga. Dhal, plato típico similar a las lentejas. Chapati, junto con los nans y el arroz es uno de los alimentos básicos).




De Cristóbal y Ana me despedí en Varanasi, pero a mi todavía me quedaba una joya por ver en la India. Jaisalmer, una ciudad en el Este, a 50 km de la frontera con Pakistán, Situada en las rutas de camello entre India y Asia Central, es famosa por los mercaderes y su fuerte de arena. Fui a Khuri, un pueblito chiquitito, y lo hice en un autobús que no tiene desperdicio. En Khuri monté en dromedario y dormí en el desierto. Pero no os imaginéis una tienda de lujo sino que fue mucho más auténtico. Fuimos un niño de 14 años, que era mi "conductor de camello", y yo. Echamos una par de mantas en el suelo, y a dormir. Nos despertamos con el amanecer, y luego, porque se lo pedí, conocí la casa en la que vivía su familia y el campo dónde trabajan sus padres. Estos días me permitieron conocer la India campesina, no la India de las ciudades. Esta India es mucho más cerrada en las costumbres. Las mujeres llevaban unos anillos a lo largo de los brazos que significaban que están casadas. Me encantaban los colores de los saris y los colgantes y adornos que llevan en la frente. Es más machista que las ciudades. Aquí, yo podía hablar con las mujeres, pero en cuánto aparecía un hombre se tapaban con el sarí y se volvía mucho más tímidas. Una anécdota es que unos niños comenzaron a mostrar curiosidad por mi reloj y las gafas de sol. Se los enseñé y como querían jugar les dejé ponérselos. Cuándo iba a venir el autobús, les pedí que me los devolviesen. Con las gafas no hubo problema, pero el reloj ya no lo tenían. No tenía gran valor, era un reloj barato y ya había dado las horas durante unos cuántos años, pero tener un reloj en el viaje es necesario así que comencé a enfadarme. No contribuyó a mi enfado que cuándo antes podíamos comunicarnos con gestos y un inglés básico ahora no pareciesen entender nada. Busqué a alguien que pudiera traducir mi inglés de forma más clara. Había un señor en un bar cercano. Me acerqué y le conté mi problema. Era el maestro de la escuela. Al momento tenía de nuevo el reloj conmigo y también mil disculpas de los niños por su comportamiento. Tanto se disculparon que me hicieron sentir mal. Puede que todo hubiese sido un malentendido, e incluso que fuese mi error por no marcar claramente que no era un regalo. Lo que quiero resaltar con esta anécdota es la curiosidad, el respeto y el buen trato que existe en la India rural hacia los extranjeros. (Fotos: Chica india con adornos tradicionales en Jaisalmer. Montando en dromedario en el desierto. Autobús para ir a Khuri).


Os podría contar muchísimas más cosas sobre India. Es un país tan rico que tendría para muchas páginas pero seré breve. Los tres Dioses principales en el Hinduismo son Brahma, Vishnu y Shiva. Diferentes corrientes del Hinduismo consideran a uno de estos Dioses como el más importante para ellos. Brahma, es el creador del universo y se le representa con 4 caras. Vishnu es el preservador y se le suele representar sosteniendo la rueda y la caracola. Su esposa es Lakshmi, que es la Diosa de la abundancia, la buena fortuna y la belleza. Shiva representa la destrucción, la austeridad y las fuerzas malévolas. Tiene 3 ojos, el tercero entre las cejas esta por lo general cerrado salvo en el momento de destruir cosas. Sostiene su cabeza el rio sagrado Ganga y la media luna en su pelo enmarañado. Su compañera es Parvati. Los hindúes representan a sus Dioses con muchos brazos para representar las distintas cualidades que tiene cada Dios. Vishnu ha adoptado avatares o encarnaciones a lo largo de la historia. Las más importantes son Rama, el héroe de la epopeya India “Ramayana” que es considerado salvador y amigo, y tiene el poder de la mediación de los muertos; y Krisna, mostrado como un pastor tocando la flauta. También son importantes Shakti, la Diosa madre, que asume tanto formas benignas como terribles; Ganesha, con cabeza de elefante quién es el “removedor de obstáculos”, o Kamadeva, el Dios del amor. Es bonita su historia. Según dicen siempre va acompañado por su esposa Rati (pasión) y su amigo Vasanta (primavera)... (Fotos: Lakshmi, para la abundancia, y Ganesha, para evitar obstáculos, presiden a menudo las cocinas en la India. La Diosa Madre en su forma terrible representada como Kali. Rama representado como un pastor con una flauta junto a su esposa Sita).


Me gustaría hablaros de los Sikhs, tradicionalmente considerados excelentes guerreros, con una religión propia guiada por sus gurús y que enfatiza la igualdad entre todos los seres humanos, y de los 5 signos que les caracterizan: Barba, turbante, anillo... , y el Kirpan, una pequeña daga. Hablaros de las castas, aunque os confieso que no he pasado el tiempo necesario en la India como para distinguirlas fácilmente. De los matrimonios concertados que todavía practica parte de la población, de la necesidad de consultar a un astrólogo para que determine si una pareja es "compatible" o no y escoja una fecha propicia para el enlace. De su población, que actualmente son 1350 millones de personas pero, al no tener ningún mecanismo estricto del control de la natalidad, se prevé que para el 2030 supere a China como nación más poblada del mundo. De la forma de contar basada en Laakh (100.000) y Krore (10.000.000) , de sus lenguas y regiones (Asamés, Bengalí, Gujarati, Hindi, Sánscrito, Támil,...). De sus costumbres; en la India es normal que los niños pequeños duerman con sus padres hasta los 5 o 6 en la misma cama, y hasta los 12 en la misma habitación. También están definido los roles de los diferentes hijos respecto al cuidado de los padres. Los hijos mayores fundarán su propia casa. Las hijas se unirán a las casas de sus maridos. El hijo menor se quedará en la casa de los padres y será el responsable de su cuidado. Podría hablar también de las trenes y sus clases (1AC, 2AC, 3AC, Sleeper, Non-reserved...), contaros las experiencias que hemos tenido que han sido siempre buenas. De las preguntas iniciales en muchas de las conversaciones: ¿Estás casado?, ¿Cuánto ganas?... Hablaros de la vitalidad, alegría, ruido y vida en las calles; y como al cambiar de país eché de menos esta vitalidad y pensé que todo era monótono. Hay muchas cosas que me gustaría contaros, pero, supongo que lo iré haciendo poco a poco y no en este post. (Fotos: Cristóbal en un templo Sikh. Mujer india ofreciendo los restos de comida a una vaca).

Lo que si os dejo como de costumbre son más fotos:




Un abrazo muy fuerte!, y dado que escribo con retraso deciros a los que estéis en Madrid que muy pronto os veré.

Hasta dentro de unos días.

Jorge.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Jakarta - Kuala Lumpur

Una entrada muy rápida… Sólo para contaros los días que pase entre Vietnam e India. A la hora de organizar el viaje y comprar los vuelos, todos los incluidos en el billete “Round The World” y alguno más los compré por adelantado (obligatorio en esa tarifa). ,Sin embargo, algunos saltos que no los tenía claros los deje para más adelante. Y para cuándo miré precios, el trayecto Ho Chi Minh – Bombay costaba lo mismo que los trayectos Ho Chi Minh – Jakarta – Kuala Lumpur – Delhi.

Así que decidí conocer Jakarta, la capital de Indonesia, y que en estaba en esos días celebrando el Ramadán. Además, en Bali conocí a una amiga de Jakarta, y por el mismo precio podría hacerla una visita!.








































(Fotos. "Bajaj" (transporte similar a un rickshaw) en Jakarta, fotos en la mezquita Istiqlal) ,




Y Kuala Lumpur, la capital de Malasia. Lo que más me ha llamado la atención ha sido lo multi-cultural de su sociedad. Hay malayos, mujeres musulmanas con pañuelo, chinos, indias con coloridos saris, gente vestida a la europea…Que yo haya visto sólo Singapur es comparable!. También destacar de Malasia su apuesta por la ciencia y tecnología como forma de garantizar el progreso. En KL me centré en KLCC, o lo que es lo mismo Kuala Lumpur City Centre, dónde están las “Torres Petronas”. ¿Sabiais que Petronas es la compañía estatal de petróleos en Malasia?










































(Fotos. Distintas vistas de las Torres Petronas).







No os cuento nada más. Otros posts serán más largos!
¡Hasta pronto!

Jorge.