¿Sois felices?, ¿es esto una prioridad para nuestra sociedad?... je je!. Si os llaman la atención estas preguntas, Bután es un país interesante y ahora os contaré porque.
Bután para los que no los conozcáis es un país pequeño situado en el Himalaya, haciendo frontera con Nepal, China e India. Tiene 680.000 habitantes y es de mayoría Budista. Viajar a Bután no es igual de fácil que a otros países. Lo primero que llama la atención al preparar el viaje a Bután es el precio del visado. Son $200 por persona y día!!. Además, necesitas organizar el viaje a través de una agencia y la única compañía que vuela es la compañía estatal de Bután Drukair. ¿Y por qué tanto control del turismo?, la respuesta es que en Bután están preocupados por el impacto que el turismo puede tener en las costumbres y cultura de su sociedad. Intentan limitar el número de turistas, e incluso, hay zonas que no es posible visitar. Y para los que hayáis puesto los ojos como platos con el precio del visado, deciros que la misma cara puse cuando lo leí. Pensé que era un error, pero no, es cierto. Eso sí, el visado incluye todo. Guía y chauffeur particular, las comidas, los hoteles e incluso las entradas a los monumentos y museos. Por tanto, puedes viajar en Bután pero en el nivel que ellos te marcan. En los cuatro días que estuve no vi a ningún "mochilero", y la media de edad de los extranjeros que conocí estaría en los 55 años!. (Foto: Futuros monjes asomados a la ventana ).
Llegué el día 16 a Paro. De ahí fuimos directamente a Thimpu, la capital, porque al día siguiente era el festival "Tsechu" que es el más importante del país. Se realiza en honor al santo Padmasambhava, también conocido como "Gurú Rimponche" (Preciado Maestro), quién introdujo el budismo en el S. VIII. En los Tsechu, los monjes y la gente común, realizan bailes llamados Cham. Se hacen para bendecir a los asistentes, comunicar las enseñanzas budistas, y para proteger de las desgracias y exorcizar a los demonios. Los bailarines toman máscaras de Dioses, demonios, héroes y animales para representar a los personajes. También hay unos atsaras, o animadores, que se mezclan con el público haciendo reír y burlando a los bailarines. Antiguamente se creía que la mera asistencia al festival daba "mérito" para tener una buena reencarnación. En Bután la gente mantiene sus creencias en dioses, exorcismos y la posibilidad de subyugar a los espíritus malignos. Son curiosas, o divertidas, las explicaciones que dan. Así, si en una parte de la carretera hay numerosos accidentes consideran que están provocados por que hay un gran número de espíritus malignos que vagan por la zona. Afortunadamente un gran lama puede apaciguarlos construyendo un templo, y en teoría, reducir el número de accidentes. O por ejemplo, si en un incendio de un monasterio hay una habitación que no se quema, es porque en ella habita una divinidad muy poderosa capaz de parar el fuego!.
Algo apasionante de Bután es como, a pesar de mantener cultura y creencias, sus dirigentes están modernizando el país. Y en algunos casos siendo pioneros en la definición de conceptos. El más importante es la "Felicidad Nacional Bruta", por sus siglas en inglés GNH ("Gross National Happiness"). Este término fue dado por el rey IV de Bután para referirse a su compromiso por crear en Bután una economía basado en valores Budistas y no dirigida únicamente al crecimiento económico. Desde entonces el "Centro para los Estudios de Bután" ha desarrollado esta teoría para crear un indicador que mida la calidad de vida y el progreso social de una forma más completa que el "Producto Interior Bruto". (Fotos: Máscaras utilizadas en los bailes para representar a Dioses y demonios. "Atsara" haciendo reír al público).
Personalmente me parece muy positivo y destacable el esfuerzo de Bután por definir claramente el objetivo del gobierno como la búsqueda de “Felicidad de sus ciudadanos”. Y pese a que en el mundo en el que vivimos la economía manda, seguro que los resultados y lecciones aprendidas pueden ser de aplicación en otros países para completar y mejorar nuestra forma de gobernar. De hecho, Brasil y partes de Canadá e Italia están ya explorando el uso de indicadores similares al “Felicidad Nacional Bruta” para medir el Bienestar.
Todo lo dicho anteriormente no significa que Bután no sea un país realista, o que no reconozca el peso de la economía y el progreso. Bután hasta 1960 vivió aislado del resto del mundo. Sin embargo, los últimos reyes se han dado cuenta de que el aislamiento no es una opción para el país. Esta decisión ha estado marcada especialmente por la situación del Tibet, que los habitantes de Bután consideran como hermanos, bajo dominio Chino. En las relaciones internacionales, Bután mantiene excelentes relaciones con India que es el principal inversor en el país. Bután busca el progreso pero manteniendo su identidad cultural y el respeto por el medio ambiente. Están abiertos a los avances de Occidentes, pero siempre, analizando si van a ser positivos para ellos. Algunas datos impactantes del país son que la TV no llegó hasta el año 2000!, que desde el año 2004 está prohibido la venta de tabaco en TODO el país, que no hay trenes, ni Bolsa, ni semáforos!. En Bután el tráfico está regulado por guardias de tráfico. Y las primeras elecciones democráticas tuvieron lugar en el 2008. Si os paráis a pensar, en Bután han tenido teléfonos móviles antes que Televisión!. Aunque están contentos con la introducción de la TV, estadísticamente el número de crímenes y el número de personas que no utilizan la vestidura tradicional han aumentado desde el 2000. No obstante esto no ha sido impedimento para la introducción de Internet en el país.
Pero bueno, contando un poco más del viaje, después de ver el Festival en Thimpu fui a Punakha. Punakha era la antigua capital del reino. De camino paramos en el paso de montaña “Dochu la”, desde dónde si hubiese hecho buen tiempo podríamos haber visto las cumbre de los siete miles que hay alrededor. Pero no tuve suerte. Lo que si pude ver fue un templo con 108 chorten (lo que en Tibet llaman tstupas, que son templos construidos para contener reliquias) . También vimos un pueblo asociado a la Fertilidad donde el guía me contó la historia del “Divino hombre loco” (“Divine Mad Man”). Este lama vivió en Bután alrededor del S.XV. Viajó practicando yoga y utilizando canciones y humor para transmitir las enseñanzas de Buddha. Era dado a los placeres y para provocar y hacer que la gente rompiera las ideas no dudaba en utilizar sexo. Según cuentan sus desmadres fueron legendarios, acostándose incluso con las mujeres de sus anfitriones. En otra ocasión le dieron una cadenita bendecida para que se la pusiese en el cuello, pero se la puso en el pene diciendo que esperaba que esto le trajese suerte con las doncellas!. Es uno de los santos más queridos por el pueblo, y supuestamente dio vida al takin, que es animal nacional de Bután, uniendo la cabeza de una cabra y el cuerpo de una oveja mientras recitaba sus mantras tántricos.
(Fotos: "Chorten en Dochu-la pass", pintura a la fertilidad, y takin, que es el animal nacional de Bután).
Tanto en Punakha, como el cuarto y último día en Paro, visitamos su Dzong. Los Dzong son antiguos castillos-fortalezas construídos en esta región del Himalaya, que sirven como el centro político y religioso de las provincias. Todos son similares: Masivos, con altos muros blancos, construidos sin clavos, con pequeñas y gruesas ventanas, tejados de madera... En Bután, hay dos líderes, el rey es el líder político y el "Je Khenpo" es el líder religioso. Al igual que el "Dalai Lama" en Tíbet, el “Je Khenpo” se reencarna tras su muerte para seguir realizando su tarea. (Foto: Dzong, centro político y religioso en Punakha).
Antes de despedirme os cuento alguna cosilla más .. En la comida les encantan los chiles. Un plato típico es el “Ema Datsi” que es una mezcla de chiles con queso. A mí me gustó mucho!. Hay un juego tradicional que es mezcla de chapas y billar. En España conocemos las carreras de chapas, los partidos de fútbol con chapas y un garbanzo, pero este es nuevo!. Aunque esté prohibido fumar, tiene una alternativa que consiste en mascar “Doma”. Es un tipo de nuez que la envuelven en una hoja de betel y la mascan durante horas. Te deja la boca roja y es debido a ella que la mayoría de los campesinos de edad tiene los dientes totalmente ennegrecidos. En economía Bután se basa en la agricultura, los bosques, el turismo y la venta de energía hidroeléctrica a la India, y más del 80% vive de la agricultura. El lenguaje nacional es el "Dzongkha" de la familia de lenguas Tibetanas, y el deporte nacional el tiro con arco.
Hace años los matrimonios eran convenidos, aunque actualmente la mayoría son por amor. Es la mujer la que suele heredar la casa, siendo el marido quién debe crear su propia casa. Existe la poligamia y la poliandria. Sí!!, en algunas zonas rurales de Bután, hay mujeres que tienen varios maridos en matrimonio!!!. ¿Alguna se quiere venir a Bután?. ;-).
Aunque no lo hubiese sospechado antes del viaje, el paisaje a menudo me recordaba a Suiza. Es un paisaje verde, con pequeñas casitas blancas y tejados de madera, desperdigados entre las montañas. Es obligatorio por ley vestir el traje tradicional en los edificios públicos y en los colegios. El vestido de las chicas se llama Kira y es bonito. Lo que no resulta tan bonito es Gho, o traje de los hombres, que lo llevan con zapatos y calcetines subidos hasta la rodilla!. Por su paisaje natural intacto y su herencia cultural, hay quién se refiere a Bután como el último "Shangri-la". (Fotos: "Ema Datsi", juego tradicional y trajes tradicionales: Gho, para él, y Kira, para ella).
Bueno, os mando muchos besos y abrazos a todos, y espero que haya resultado interesante conocer un país del que probablemente sabíais muy poquito hasta hoy!.
Nos vemos pronto. En cuánto saque tiempo para escribir y contaros algo de India.
Más besos y abrazos.
Jorge.